A Red Bull le gusta romper con todo y le gusta experimentar, tocar todos los extremos de la cultura alternativa. Si alguien en alguna parte tiene una idea de un deporte/concurso que sale de lo común, ahí estará la marca austriaca con su arsenal propagandístico para sacarle rentabilidad a la idea. La marca, de la cual casi nos olvidamos que comercializa bebidas energéticas, se ha erguido en patrocinadora de todo lo imaginable. Deportistas patrocinados en casi todos los deportes, varios equipos de fútbol, escudería de F1, eventos propios... el toro rojo está en todo, y el BMX no iba a ser menos.
Este evento permite dos cosas. Por un lado, la más importante, es que Red Bull rentabiliza la inversión en su imagen de marca y se asegura la fidelidad de los apasionados del BMX. Una estrategia que ya utilizaba el emperador en la antigua Roma, algo así como "yo os ofrezco el circo, vosotros vuestra lealtad". Y por otro lado, el constructor de la pista, el ya mencionado Ritzenthaler, da rienda suelta a su imaginación y tiene presupuesto para hacer realidad todas las ideas que rondan en su cabeza y que la UCI frenó tras unas cuanta Copas del Mundo fracasadas. Una especie de desahogo creativo.
Mapa 3D de la pista |
El circuito este año se divide en dos trazadas como bien se observa en el plano. Tras una primera recta que consta de una meseta de 16 metros, al salir de la curva nos encontramos con un step up desproporcionado en cuanto a desnivel, aunque por lo visto en los diferentes vídeos que han subido los 'riders', no muy difícil. Luego hay que elegir. La 'jumplane' a la derecha o la otra sección a la izquierda. Ambas tienen unos cuanto saltos en curvas y recovecos que llegan a dos puntos distintos antes de la última recta. Por la derecha se termina en unos 'dubies' de madera y por la izquierda se utiliza la parte baja de la parrilla como 'wallride' para llegar a la recta final.
Un circuito mezcla de campillo y 'skate park' por el cual se va a tener que disputar una carrera. Eso es en esencia el Red Bull Revolution. Romper las reglas de lo convencional para ofrecer una cosa distinta.
Y por parte de los corredores invitados al evento, el circuito está teniendo una buena aceptación (al igual que lo tuvo el año pasado), ya que es una pista divertida de rodar y se ponen a prueba las habilidades más técnicas de los pilotos. Además, Red Bull no deja nada al azar y se ocupa de los pilotos durante toda la semana de la mejor manera posible: hotel, comida, actividades... todo pagado para que los mejores corredores del mundo pasen una semana infarto y brinden a los espectadores un buen show.
El sábado 17 a partir de las siete de la tarde, hora española, empezará la carrera que se podrá seguir a través de la web de Red Bull.
Una vuelta al circuito por cortesía de Vicent Pelluard:
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